Después que Jesús fue bautizado, se enfrentó al diablo en el desierto. Después del consuelo y cobertura de la Paloma, Le vino la oposición de la serpiente.
<<Y habiendo acabado toda tentación, el Diablo se apartó de Él hasta un tiempo oportuno (Lucas 4:13 BTX-IV).>> La serpiente seguiría buscando ocasión oportuna para atacar al Cordero en el camino.
Entonces Jesús, en el poder del Espíritu, comenzó Su ministerio y en todas partes los demonios se manifestaron con furia.
Demonios y hombres siempre estarán enredados, hasta que el Sol de la justicia brille por la predicación del evangelio y haya separación entre luz y tinieblas.
Cuando el Señor apareció a Pablo, le dijo: <<Para librarte del pueblo y de los gentiles, a quienes Yo te envío, a fin de que abras sus ojos, para que vuelvan de la tiniebla a la luz y de la potestad de Satanás a Dios (Hechos 26:17-18 BTX-IV).>>
Otrora, al perseguir a Jesús, Pablo pensaba que estaba sirviendo a Dios, hasta que sus ojos fueron abiertos.
Pablo solo pasó a discernir las estratagemas del diablo después que vio a Jesús.
La antigua serpiente que engañó a Eva en el jardín, intentó destruir a Job e inspiró a David a censar su ejército (por eso murieron 70 mil hombres – 1Crónicas 21), es la misma que mantiene los hombres en ceguera espiritual por medio de la religión.
Pablo pasó a ser odiado y perseguido por su pueblo. En nombre de Dios, pero inspirados por Satanás, ellos querían matar un hombre que Dios liberó y llamó para el ministerio.
Hombres de ojos abiertos siempre serán perseguidos por hombres aprisionados en la ceguera de la religión.
Estando ausente de la nueva iglesia en Tesalónica, dice: <<Por lo cual, quisimos ir a vosotros, ciertamente yo, Pablo, y más de una vez; pero Satanás nos estorbó (1Tesalonicenses 2:18 BTX-IV).>>
De la misma forma, Satanás usará todos los medios para paralizarte, hijo de Dios, e impedirte que sirvas al Señor.
Los tiempos de oro de la Iglesia fueron marcados por terribles persecuciones. Sin embargo, ni siquiera la muerte detuvo el progreso del evangelio. Como dijo Tertuliano, uno de los padres de la Iglesia en el siglo II: “La sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia”.
Ten certeza de esto: La guerra contra los santos nunca cesó, el enemigo apenas cambia las estrategias.
Al contrario, el dios entretenimiento, los cuidados de esta vida, la distracción tecnológica y el evangelio mezclado han sido sutiles distracciones que han desviado del Camino y lanzado al precipicio de la apostasía a cristianos aletargados.
El hecho de que muchos ignoren que estamos en un campo de batalla y sean débiles en la oración, es ya una clara señal de que fueron vencidos por el enemigo y están postrados en el camino.
¿Qué te ha impedido servir al Señor plenamente? ¿Qué cosas roban tu consagración? ¿Qué cosas te impiden tener una vida cristiana victoriosa y fructífera?
Sean cuales fueren los impedimentos, puedes posicionarte por el Señor y hablar como David: <<Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios asaltaré muros (Salmo 18:29 RVR1960).>>
<<Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe … (1Pedro 5:8-9 RVR1960).>>
Ponte de pie. Pórtate como un soldado y empuña tu espada. La guerra no acabó aún.
Gerson Lima
29/06/22